ESTA ACTIVIDAD NECESITA UN NÚMERO MÍNIMO DE PARTICIPANTES.
DE MOMENTO NO PUEDE ARRANCAR.
Imparte: Elvira Megías Quirós, www.elviramegias.com info@elviramegias.com
El conocimiento y disfrute de la técnica de la fotografía analógica y su procesado en el cuarto oscuro, no sólo supone una de las experiencias de alquimia más mágicas y excitantes dentro de las artes plásticas sino, hoy por hoy, un conocimiento imprescindible para comprender nuestra era tecnológico-digital. Lo digital parece obviar los principios básicos de la fotografía, y nunca se a estado tan lejos de comprender cómo funciona la luz en su camino hacia un material fotosensible a través de una lente. Y aunque el canal y el soporte cambien, el funcionamiento es el mismo tanto en la era de la plata como en la de los píxeles. Sin embargo antes era imprescindible conocer el medio para sacar partido a la técnica y ahora tenemos la falsa percepción de que no lo es, con la misma actitud que tenemos cuando nos relacionamos con un electrodoméstico.
Si bien es verdad, o por lo menos objetivamente posible, que las nuevas generaciones puedan hacerse buenos fotógrafos sin haber cargado un carrete en su vida, cierto es que no entender cómo la luz cocina una imagen es perderse el lado más orgánico y matérico de la disciplina, un lugar donde sorprenderse y emocionarse. Hay escultores que ya esculpen con ordenadores, pero sudar tallando la madera es una experiencia orgánica difícilmente alcanzable, y disfruta de ello quién lo elige. Sin entrar en consideraciones de cuán artesano debe ser un artista.
Como fotógrafa con experiencia puedo asegurar que si saco partido al photoshop es porque un día aprendí a leer una imagen en la cubeta. Debemos necesariamente partir de los principios básicos para dominar la
técnica.
Objetivo del taller: el alumno durante el curso expondrá un carrete de blanco y negro utilizando su propia
cámara reflex analógica, revelará el negativo y realizará las ampliaciones del mismo.
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