Colmenar Viejo, noviembre
de 2013
La huelga como oportunidad educativa
Aprender a hacer huelga desde el primer ciclo ESO
Son numerosas las
circunstancias que coinciden en este tipo de situaciones que pueden dar lugar a
desafortunados malentendidos entre Dirección, profesorado, alumnado y familias,
y que pueden evitarse fácilmente con un poco de información contextualizada.
En primer lugar, la
comunicación de Dirección en relación a las convocatorias de huelga se expresa
en los términos más neutros y objetivos, a fin de que no pueda interpretarse de
su parte incitación o coacción al respecto de la convocatoria. Así, se hace
referencia al espítitu de lo establecido en la Ley Orgánica 6/1985, reproducida
exactamente en la legislación posterior vigente, que literalmente establece que
“…las decisiones colectivas que adopten los alumnos, a partir del tercer curso
de la educación secundaria obligatoria, con respecto a la asistencia a clase no
tendrán la consideración de faltas de conducta ni serán objeto de sanción…”
Por su parte, nuestros hijos
e hijas de 1º y 2º pueden recibir de sus delegados de clase y algunos
profesores información que parece contradecir lo expuesto en ese comunicado y,
dado que la ley no prohibe textualmente su derecho a responder a la convocatoria
de forma colectiva, pueden animarse a realizar votaciones para decidir
colectivamente su posicionamiento ante la convocatoria de huelga y llegar a
casa convencidos de la decisión consensuada.
Llegada la jornada de huelga
convocada, la Jefatura de Estudios puede plantearse hasta qué punto la falta de
asistencia de los alumnos está respaldada por sus padres y decide verificarlo. Este
es el punto de mayor confusión en las familias, pero lo cierto es que se dan
casos de padres y madres que se enteran de que su hijo o hija no está en el
instituto por la llamada del Jefe de Estudios.
A estas alturas, lo único que
queda claro es que si las familias conocemos de antemano todas estas
circunstancias, trabajamos el tema en casa y comunicamos al centro nuestro conocimiento de la decisión tomada por
nuestros hijos e hijas*, en realidad, podemos aprovechar esta oportunidad
para mejorar nuestra labor como principales referentes educativos, para conocer
y valorar el grado de concienciación y responsabilidad social que tienen y para
exigirles una mínima coherencia personal. Hacer huelga no es estar de
vacaciones y eso debe quedarles meridianamente claro.
Por un lado, tienen que
entender que si quieren que apoyemos su decisión de secundar una huelga tienen
que demostrar que tienen cierto conocimiento de lo que implica una huelga y, en
concreto, los motivos y reivindicaciones específicas de la huelga a la que se
les convoca. Además, deberían acompañar su decisión con ciertas actuaciones que
avalen la validez de su criterio, esto es, cierto interés por la actualidad y
la información política. Por último, deberíamos exigirles ya cierto grado de
coherencia personal y que si quieren secundar la huelga, es de recibo, que
estén dispuestos también a participar en concentraciones, manifestaciones u
otras actividades reivindicativas relacionadas con la convocatoria de huelga.
En definitiva, desde el Ampa
os invitamos a realizar cada uno y cada una las reflexiones que consideréis
oportunas para que, entre todos, podamos mejorar la coherencia en nuestras
comunicaciones y actuaciones ante el alumnado. Todo indica que pronto recibiremos
más convocatorias de movilización y se nos presentarán nuevas “oportunidades”,
no las desaprovechemos.
Junta Directiva
Ampa IES Rosa Chacel
(*) Existen impresos a este
efecto en la secretaría del centro, aunque una simple nota al tutor bastaría.