COMUNICADO DE LAS AMPAS DE IES PÚBLICOS DE COLMENAR VIEJO
Ante el caso de agresión a una adolescente ocurrido en este municipio cuyas imágenes fueron difundidas el pasado lunes por diferentes medios, las AMPAS de IES públicos de Colmenar Viejo, manifestamos:
Nuestro reconocimiento por la capacidad de reacción del Ayuntamiento de Colmenar Viejo que, emitió un comunicado apenas horas después de que empezara a difundirse el vídeo de dicha agresión, en cumplimiento de su responsabilidad de velar por nuestra seguridad en la vía pública, ejercer labores de vigilancia, tomar medidas de protección efectivas y ejecutar protocolos de actuación en casos de violencia callejera.
Nuestra opinión sobre la creación de la figura del Agente tutor que actúe en el entorno educativo, medida que nos parece insuficiente. Además de medidas policiales, debemos exigir recursos de intervención social adecuados y suficientes, así como planes de actuación integrales de las consejerías y concejalías competentes, encaminados a fomentar la cohesión social y el ocio responsable, ampliando el concepto de entorno educativo a toda la comunidad.
Nuestro agradecimiento a los Institutos por su compromiso con el alumnado sancionando a los agresores y agresoras e iniciando los correspondientes expedientes disciplinarios previstos en el protocolo de actuación en casos de acoso escolar.
Sin embargo, sabemos que las agresiones no se cometieron en ningún centro escolar ni dentro del horario lectivo. Ocurrieron en fin de semana a plena luz del día en la vía pública. Los chicos y chicas involucrados cursaban estudios en el municipio pero en ese momento no eran alumnos y alumnas, eran simplemente jóvenes, eran nuestros hijos e hijas.
Los padres y madres debemos sentirnos interpelados por la intensidad y ensañamiento de las agresiones. Debemos preocuparnos por la tolerancia que demostramos con la violencia de los contenidos a los que nuestros hijos e hijas se exponen a diario en la televisión y en las redes sociales, pero también por las dinámicas relacionales que se dan en el entorno familiar, hasta qué punto toleramos humillaciones y maltrato en cómo nos relacionamos con nuestros hijos e hijas y en cómo se relacionan entre sí. Vivimos tiempos de injusticia, muchos padres y madres estamos sometidos a elevados niveles de presión y violencia estructural insostenibles. Seamos conscientes de cómo estamos canalizando nuestras frustraciones y qué modelos de relación estamos proponiendo a nuestros hijos e hijas.
Por último, las agresiones sucedieron en un lugar público con bastante visibilidad muy cerca de un establecimiento de comida rápida y de paso a un hipermercado. Las personas más próximas a lo sucedido, además de los propios implicados, somos los que íbamos a hacer la compra, los transeúntes que paseábamos, los vecinos y vecinas que circulábamos en nuestros vehículos por los alrededores. Cualquiera podría haberse fijado, quedarse unos minutos a observar qué pasaba, avisar al 112 aunque fuera por si acaso. Estamos a niveles de emergencia social en este tema. Todos y todas tenemos un problema. Sintámonos interpelados
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